Hace tiempo que no sé nada de ti. Te extraño, amor. Te extraño desde el primer día, en que supe que te amaba, y veía morir una amistad. La nuestra. Necesito saber de ti.


Recuerdo con nostalgia aquella vez que fuimos a la playa. Remangamos nuestros pantalones, y mojamos nuestros pies en la orilla. Era pleno junio, estábamos locos y no nos importaba enfermarnos. Esa tarde fui feliz. Al llegar a nuestro lugar de trabajo, entramos a la sala en la que te arrinconé, te pedí que fueras sincero y me dijeras si podía pasar algo.


Pero todo cambió cuando me dijiste que no. Tu rotundo no fue la patada en la cara más dolorosa que nadie me haya pegado nunca. Hoy, recordándote, se me cayó una lágrima. Hoy se me hizo demasiado pequeño el pecho, se me encogió.


¿Qué habrá sido de ti? ¿Seguirás pensando en mí? ¿O habrás encontrado a alguien que te haga feliz? No sé si algún día volveré a verte, pero quiero que sepas que siempre te querré.